No hay nada mas alucinante, que ir un domingo a la casa de Dios, y poder expresar con mivoz lo cuan agradecido estoy de que Dios le haya dado un nuevo sentido a mi vida. Y a la vez estar con personas que tienen ese mismo sentir, a veces unos van con las pilas, otros desganados por una mala semana, pero son estos momentos donde Dios hace milagros.
No hay nada mas alucinante, que ir un domingo a la casa de Dios, y poder expresar con mivoz lo cuan agradecido estoy de que Dios le haya dado un nuevo sentido a mi vida. Y a la vez estar con personas que tienen ese mismo sentir, a veces unos van con las pilas, otros desganados por una mala semana, pero son estos momentos donde Dios hace milagros.
Ponchy dijo...
12 de agosto de 2008, 16:13